Si meditamos todo en conjunto vemos que no se cumple aquella petición que realizaba Porter sobre el uso de una estrategia. El gobierno con este recorte, medida reactiva, bloquea el empezar a dar los pasos a la búsqueda de la salida a la crisis, medidas sistemáticas, cerrando la posibilidad de una metamorfosis, y cortando el suministro a la supervivencia. La idea de la estrategia futura, que era la apuesta por la innovación, suponía apostar por un nuevo modelo basado en el conocimiento y la educación, o lo que supone que exista el ministerio dirigido por Cristina Garmendia, potenciando nuestra industria y aumentando su productividad a través de la ciencia y la innovación.
O lo que es lo mismo, mirar al gasto en I+D como inversión, y no como gasto, o como siempre ha sido visto, principalmente porque sólo da resultados a largo plazo, o estratégicos. Así, las empresas (pymes) españolas, la fuente real de innovación de este país junto a las universidades, ven las ayudas necesarias para invertir que desaparecen, porque ahora lo único que importa es destinar más gasto a lo social, al corto plazo, a ignorar la estrategia… Y lo peor es que estos recortes o medidas anticrisis, reactivas o tácticas, según el pensamiento de quien nos gobierna, son una apuesta por el cambio a un “nuevo modelo productivo“. ¿Quitando dinero al I+D+i? Que alguien me lo explique, porque no veo cómo.
El gobierno, ahora mismo, es como un velero, que en medio del océano se encuentra en una encalmada, y busca desesperadamente cogerse al primer golpe de viento que le haga avanzar. El problema, no viene porque se encuentre en esa situación, sino por la estrategia que siguió para llegar ahí. El océano es enorme, y la metereología caprichosa, por eso, los buenos navegantes conocen, estudian, practican y ganan en experiencia antes de zarpar… Y aquí, no se le pueden pedir peras al olmo.
Más información | Santiago Íñiguez