‘Un lugar en el mundo’, el cine y mi lugar en el mundo

[Una antigua compañera de blogdecine me comentaba que ella cuando valoraba una película no hacía críticas, sino que eran reflexiones sobre lo que ella había sentido viendo la película en cuestión. Al cabo de haber escrito unas cuantas, me doy cuenta que su reflexión también es válida para mí, y que lo que yo suponía como críticas escritas, no eran más que reflexiones y sensaciones sobre una película, siempre seleccionada para que al menos no me desencantase (por esa razón nunca me consideraré un buen crítico). Ahora voy a tratar de recuperar en este blog, las que a mi parecer son las reflexiones que más satisfecho me han dejado. Empezando por esta de Un lugar en el mundo].

En ‘El olvido que seremos’, el escritor colombiano Héctor Abad Faciolince escribe “El mejor método de educación es la felicidad. Mi papá siempre pensó, y yo le creo y lo imito, que mimar a los hijos es el mejor sistema educativo (…) Ahora pienso que la única receta para poder soportar lo dura que es la vida al cabo de los años, es haber recibido en la infancia mucho amor de los padres. Sin ese amor exagerado que me dio mi papá, yo hubiera sido mucho menos feliz”. Así identifico yo una película como ‘Un lugar en el mundo’, con la figura de mi padre.

Cuando alguien me pregunta que diga cuál esla mejor película, suelo responder que hay tantas, pero que si tengo que escoger la que tiene algo vital para mí, digo siempre ‘Un lugar en el mundo’ de Adolfo Aristarain. Tiene la virtud de matarme emocionalmente, y conozco a gente que no la gusta este tipo de cine, quedarse maravillado con la película.

Me sitúa el prólogo, ahora con los años vividos y la figura paterna en la memoria, como el protagonista, en perpetuo homenaje, como él buscando una señal que me diga cuál es mi lugar en el mundo. Me destroza el epílogo porque no puedo parar de llorar con él, sé que voy a sufrir viéndolo, que no es necesario, pero me armo de valor porque quiero saborearlo de nuevo. Me trae su recuerdo, si acaso fue la única película que fuera del cine llego a ver entera conmigo. De eso la tira de años. Nostalgia, diría… (continuación en blogdecine).

Buster Keaton y los cortometrajes que inspiraron a Pixar en ‘Wall-E’

Entender la parte muda de Wall-E, no sólo implica pensar en Charlot, supone también pensar en el slapstick y en Buster Keaton, sobre todo por la enorme variedad de gags visuales de esta leyenda del cine que sirvieron de inspiración para los animadores. Resulta que es más conocido por sus largometrajes, y sin embargo, la gente de Pixar se fijó en las obras menos conocidas por el gran público para inspirarse. ¿Y cuáles fueron éstas? Sus 19 cortos de la época muda (que dejándome llevar son una pasada).

Cuentan la siguiente anécdota de ‘Buster’ Keaton, que explica perfectamente su espíritu. En una visita que realizó a Cuba en 1932 se iba a hospedar en el Hotel Nacional, y según contaba el botones que le acompañó a la habitación, cuando abrió la puerta, Keaton siguió andando hasta la ventana, la cruzó y desapareció por ella. El susto del botones fue tan grande, que soltó las maletas y salió disparado hacia allí para encontrarse de sopetón al cómico agarrado del alero de la ventana con una mano (se comenta que por aquella época estaba pasando por un divorcio, y sus reacciones eran de lo más imprevisibles). Así eran las especiales bromas del genio, regalos envenenados dirigidos a un único espectador, si eran capaces de disfrutarlas… (continuación en blogdecine).

Un repaso histórico y en imágenes a los orígenes del cine de animación

A propósito de la entrada en la que hablábamos del primer centenario del cine de animación, un lector (gracias El perejil) indicaba en un comentario que el corto de Emile Cohl, ‘Fantasmagorie‘, no se le debería considerar el primer cortometraje de animación de la historia, aunque se tome su fecha de estreno, 17 de agosto de 1908, como el pistoletazo de salida para el género animado dentro del mundo del cine, y a Emile Cohl como uno de los precursores de la historia de la animación. En ese comentario, se indicaba, con acierto, que el primer corto animado que se realizó fue ‘Humorous Phases of Funny Faces‘ (descontando experimentos anteriores en otros sistemas de imagen en movimiento), de J. Stuart Blackton, y con fecha de 1906. Como ‘Fantasmagorie’, ‘Humorous Phases of Funny Faces’ empleaba la animación con tiza, pero sin usar negativos ni impresos en papel en blanco, todo dibujado directamente sobre una pizarra.

Retengamos este nombre, J. Stuart Blackton, como el precursor de todos los animadores que siguieron sus pasos. Si vamos a los experimentos anteriores que indicaba nuestro comentarista, se puede afirmar que este cineasta británico fue el creador del primer film animado de la historia, mucho antes que incluso lo que terminaríamos conociendo como dibujos animados… (continuación en blogdecine).

Charles Chaplin y sus cortometrajes más famosos

No voy a negar que siento una admiración especial por Charles Chaplin, y que ahora que Internet lo permite, es necesario conocer toda su obra. Aquí traigo la primera de las entradas que he dedicado a sus cortometrajes en blogdecine. Más adelante traeré el resto, que caerán en pequeñas dosis, así como todas las que escriba allí sobre este GENIO del cine (con permiso de Dios Billy Wilder). Creo que también deben tener su referencia aquí. La entrada en cuestión es la siguiente:

Charlot, Chaplin en imágenes, sus grandes cortometrajes y Wall-E

Para los pocos que aún no lo sepan, la muestra ‘Chaplin en imágenes’ estará en la sede de CaixaForum de Madrid hasta el 19 de octubre de este año. La exposición hace un repaso a su obra. En concreto, reúne alrededor de 250 documentos entre álbumes, recortes y fotografías, e incluso se pueden visionar algunos divertidos extractos de películas, junto a series de fotos y material inédito de uno de los mayores genios del 7º arte.

Esta introducción sirve para refrescar la memoria sobre la figura de Charles Chaplin y sobre el personaje que inmortalizó, Charlot, que es un nombre que sólo se utiliza en español, en francés y en italiano (por ejemplo, en Brasil le llaman Carlitos). En realidad, el personaje de Charlot no tenía nombre, era simplemente un vagabundo, o “The tramp”, como así aparece reconocido en todos los créditos de sus obras. Quizás esa sea su grandeza, la de un desconocido sin nombre. Chaplin se inventó un personaje tanto en sus ideales, como en sus gestos, sus pensamientos, y su manera de vestir. Quería algo diferente a lo que veía en la realidad en el día a día, buscar la forma de poner los pies en el suelo en el denominado sueño americano. Su particular crítica social. Así, definió un hombre con las maneras refinadas y la dignidad de un caballero, emotivo, sentimental, melancólico frente a la injusticia de la sociedad moderna. Además, le quiso hacer caminar de una manera inconfundible y reconocible… (continuación en blogdecine).

En blogdecine: Mis secuencias mágicas de cine

Creo que tiene sentido que cuelgue esta entrada aquí, una forma de llenar de contenido el blog con las cosas que voy escribiendo en tantos otros sitios, y más por la idea de pequeño proyecto que estoy intentando hacer en blogdecine. Lo he llamado, «Mis secuencias mágicas de cine» (hay otros dos proyectos en marcha: «Cine gratis a puñados«, sobre la época del cine mudo y la posibilidad de encontrar las películas gratis en Internet; y «Las películas de mi vida«, aquellas obras que tienen un significado especial para mí. A su debido tiempo las subiré al blog), y que por el momento se compone de estas entradas.

[Nota: Obviamente, la entrada se irá actualizando según vaya subiendo nuevas secuencias.]