‘Gordos’, trailer de lo nueva película de Daniel Sánchez Arévalo

Nota: Esta entrada procede de Los vídeos de Antonio Toca, un proyecto paralelo que estoy desarrollando a la par de este blog.

Dicen que si ‘Azuloscurocasinegro‘ hubiera sido una película americana (por eso de proponer géneros con países, como esa etiqueta llamada cine español que no hay por donde coger), pocos hubieramos prestado atención a su estreno, y si así hubiera sucedido, se habrían destacado más sus errores que sus aciertos. Discrepo con esta apreciación en lo principal, hubiera tenido más recorrido, y la cinematografía americana (por seguir con la etiqueta de marras), lo hubiera agradecido (¿o no recordamos la grandeza de ‘The last station’?).

Dicho esto, que un director joven a su segunda obra consiga ser el reclamo publicitario de una película, con su autoría, y más si la misma es española, dice mucho del director. Por mi lado, Daniel Sánchez Arévalo, consiguió con ‘Azuloscurocasinegro’ mi beneficio de la duda con su siguiente trabajo. O lo que es lo mismo, publico cautivo para su siguiente estreno, ‘Gordos’, ya fuese malísima, que no es el caso, aunque ha levantado menos unanimidad que la anterior.

El pero que veo de arranque está en el título, y en la falsa impresión de comedia que éste puede dar, más allá de la teoría del empacho que se haga ver. Otro apunte, en el reparto está Fernando Albizu, uno de esos grandes secundarios, y actores cómicos, al que aún no se le ha dado el reconocimiento que se debería. ‘Gordos’, otra apuesta, arriesgada por parte del director, del cine español, el mismo que no siempre está obligado a entregar obras maestras. ¿O las tiene últimamente cualquier otra cinematografía? Pues eso.

En El País | ‘Gordos’: Incontinencia narrativa
En Blogdecine | ‘Gordos’, un paso atrás para Sánchez Arévalo

‘A contraluz’, la trilogía de Eduardo Chapero-Jackson en cines

Me envió un mail Hugo Serra, responsable de marketing y distribución de Prosopopeya Producciones, la productora que está detrás de muchos de los buenos cortometrajes que se han realizado estos últimos años en España, donde me informaba de lo siguiente:

«El 26 de Junio se estrenan en todos los cines UGC CINÉ CITÉ los cortometrajes de Eduardo Chapero-Jackson, agrupados bajo el título de A CONTRALUZ, en 8 sesiones diarias y a un precio reducido. El hecho de que unos cortometrajes se estrenen en los cines ya supone un acontecimiento pero es que, además, la seriedad y la profundidad de estos cortos han conseguido que, al margen de sus incuestionables valores cinematográficos, se hayan convertido en útiles herramientas de trabajo para terapeutas, pedagogos y profesionales de los temas que abordan (la anorexia, la muerte, los recursos naturales). Precisamente por ese interés social, hemos decidido distribuir estos cortometrajes también a través de internet, para que todo el mundo pueda verlos, aunque obviamente esperamos y deseamos que vaya mucha gente a disfrutarlos al cine.«

No sólo me parece un movimiento excelente y en todos los sentidos. Se amplifica la labor de un cineasta con talento como Eduardo, al que el público más generalista conoce poco, y no se impide que la gente si no quiere ir al cine, el precio de las entradas es de sólo 3 euros, disfrute de sus trabajos desde Internet.

En ‘A contraluz’, podremos volver a disfrutar de los cortometrajes ‘Contracuerpo‘, ‘Alumbramiento‘ y del mediometraje ‘The End‘ (los dos primeros se podrán ver desde hoy mismo en Internet, pero para ‘The End’ tendremos que esperar a septiembre). Y uno bien que aplaude iniciativas como ésta. Además, sabemos que el director ya está embarcado en su primer largo… Dejaros de Transformers y aprovechar la oportunidad de ver estas maravillas.

  • Contracuerpo. Protagonizado por Macarena Gómez. Es el primer trabajo de Eduardo Chapero-Jackson. Retrata a modo de fábula oscura, el viaje de una joven que lleva al límite su obsesión: ha preparado su cuerpo para introducirse en un maniquí que será mostrado en el escaparate más visto de la ciudad. Premiado como Mejor Cortometraje en el Festival Latino de Los Angeles, Mejor Corto Europeo en el Festival de Brest y Mejor Ópera Prima Europea en el Festival d’Angers. También estuvo nominado a los Goya y se estrenó en Competición Oficial en el Festival de Venecia.
  • Alumbramiento. Narra cómo una familia se adentra en la última noche de su miembro más anciano, revelando las diferentes formas de enfrentarse al final de una vida. Protagonizada por Mariví Bilbao, Cristina Plazas, Manolo Solo y Marta Belenguer, esta segunda obra de Eduardo Chapero-Jackson ha recabado más de medio centenar de galardones, algunos de la talla del Premio al Mejor Cortometraje Europeo en el Festival de Venecia, Mejor Cortometraje por la Academia Europea de Cine, Mejor Cortometraje en el Festival de Málaga, Mejor cortometraje en el concurso de “Version Española-SGAE” y ha sido premiado en festivales internacionales como los de Krakovia, Puerto Rico o Dinamarca, entre otros.
  • The End. Es el último trabajo de Chapero-Jackson, en el que una familia media norteamericana tiene que luchar por su supervivencia en una nación cada vez más desgarrada por la escasez de agua. Con un extenso reparto internacional encabezado por los actores británicos Samuel Roukin (Happy-Go-Lucky de Mike Leigh) y Natalie Press (Chromophobia de Marta Fiennes), cuenta con la colaboración especial de Miguel Ángel Silvestre. Esta obra se estrenó en la EXPO del Agua de Zaragoza, posteriormente fue presentado por la Fundación Biodiversidad en el Congreso Nacional de Medio Ambiente y en Abril participó en el 5º Foro Mundial del Agua en Estambul. Acaba de ganar el Premio Especial del Jurado en el Festival de Medina del Campo.

Web Oficial | A contraluz

En el valle de Elah, la irak americana

[A veces, y pienso que eso no dice mucho de mí, necesito releerme y mirarme al ombligo para pesar mi ego. Así que continuando con mis reflexiones de cine, las que me han gustado, una que le dedique a una de las mejores películas que se rodaron el año pasado, y que fue injustamente olvidada: En el valle de Elah.]

Tengo la certeza que con el tiempo cada uno va escogiendo el tipo de películas que quiere ver. Habrá gente que decida que el cine es un vehículo de entretenimiento. Otros, sin embargo, se embarcarán en el camino complicado, siempre desde el punto de vista del espectador que a la postre es quien decide qué película ver. Con el paso de los años y las cosas que me han ido sucediendo en la vida, yo he escogido el camino complicado, aquel que implica ver una película con el cerebro encendido. Necesito una exigencia, algo que me implique con la película y luego me haga reflexionar con lo que he visto. Todo eso me lo da ‘En el valle de Elah’, justo a los 15 meses de haber nacido mi hija. Sin este detalle, creo que nunca hubiera llegado a comprender la desesperación de un padre al no saber donde está su hijo, caminando junto a él en un viaje donde todo aquello que habíamos ido labrando se va desmoronando, incluidas las convicciones. Ahora lo entiendo y lo sufro. Y es francamente duro. Por eso el puñetazo en el estómago que ha supuesto para mí ‘En el valle de Elah’.

Otra certeza que tengo con respecto a esta película, es que sé que va a tener más éxito en Europa que en Estados Unidos. Que aquí al crítica la va a tratar como se merece, escuchando el mensaje, reflexionando con ella. Paul Haggis plantea su visión de Irak desde donde más duele. Desde dentro. Desde dos puntos de vistas, el que se ve, ese ejército americano antiguo representado en Tommy Lee Jones, que cree en la defensa de los viejos valores que han hecho grande a su ejército, y la que no se ve y vamos aprendiendo durante su viaje, la del hijo recién llegado de Irak, que no soporta lo que ha visto y no comprenden qué hacen allí, buscando una salida a su conflicto interior. Y por mucho que la película desemboque en una investigación policial, la misma donde entra en juego el personaje de Charlize Theron, que se une al viaje emprendido por Hank Deerfield (Tommy Lee Jones), el poso y la fuerza de la película se encuentra en demostrar la falsedad de una guerra enmascarada, y la pérdida no sólo de unos ideales, sino de algo tan duro como es un vástago (que es lo que suelen tener las desapariciones)… (continuación en blogdecine).

‘Un lugar en el mundo’, el cine y mi lugar en el mundo

[Una antigua compañera de blogdecine me comentaba que ella cuando valoraba una película no hacía críticas, sino que eran reflexiones sobre lo que ella había sentido viendo la película en cuestión. Al cabo de haber escrito unas cuantas, me doy cuenta que su reflexión también es válida para mí, y que lo que yo suponía como críticas escritas, no eran más que reflexiones y sensaciones sobre una película, siempre seleccionada para que al menos no me desencantase (por esa razón nunca me consideraré un buen crítico). Ahora voy a tratar de recuperar en este blog, las que a mi parecer son las reflexiones que más satisfecho me han dejado. Empezando por esta de Un lugar en el mundo].

En ‘El olvido que seremos’, el escritor colombiano Héctor Abad Faciolince escribe “El mejor método de educación es la felicidad. Mi papá siempre pensó, y yo le creo y lo imito, que mimar a los hijos es el mejor sistema educativo (…) Ahora pienso que la única receta para poder soportar lo dura que es la vida al cabo de los años, es haber recibido en la infancia mucho amor de los padres. Sin ese amor exagerado que me dio mi papá, yo hubiera sido mucho menos feliz”. Así identifico yo una película como ‘Un lugar en el mundo’, con la figura de mi padre.

Cuando alguien me pregunta que diga cuál esla mejor película, suelo responder que hay tantas, pero que si tengo que escoger la que tiene algo vital para mí, digo siempre ‘Un lugar en el mundo’ de Adolfo Aristarain. Tiene la virtud de matarme emocionalmente, y conozco a gente que no la gusta este tipo de cine, quedarse maravillado con la película.

Me sitúa el prólogo, ahora con los años vividos y la figura paterna en la memoria, como el protagonista, en perpetuo homenaje, como él buscando una señal que me diga cuál es mi lugar en el mundo. Me destroza el epílogo porque no puedo parar de llorar con él, sé que voy a sufrir viéndolo, que no es necesario, pero me armo de valor porque quiero saborearlo de nuevo. Me trae su recuerdo, si acaso fue la única película que fuera del cine llego a ver entera conmigo. De eso la tira de años. Nostalgia, diría… (continuación en blogdecine).