Recupero esta reflexión de hace unos días de Carlos Boyero en su columna del El País titulada «Manipulación«, donde a nivel de consumo televisivo muestra que los «corsarios» lo único que hacen es buscar oferta para su demanda. Cubrir una necesidad de mercado, vamos.
Las mentiras cotidianas a los demás y a uno mismo están perdiendo su coraza. Todo es turbio, perverso y fascinante (como siempre) en la tercera temporada de Mad men, un premio a la infinita paciencia de los que no sabemos piratear en Internet ni somos capaces de seguir una obra de arte a razón de un capítulo por semana y a hora fija en su programación televisiva. Pero también puedes hacerte viejo esperando que las avispadas distribuidoras decidan ponerlas a la venta en DVD. La última y maravillosa temporada de The wire, que TNT emitió en España a finales de 2008, sigue inédita en el mercado de este país. Lo cual hace obligatorio que los cinéfilos se hagan corsarios, que saqueen en la Red lo que no pueden comprar en la tienda.