¿Se hará realidad un Monsters, S.A. 2?

Es curioso como son los blogs americanos de cine, de un apunte, simple, pero apunte a fin de cuentas, son capaces de levantar revuelo sobre algo que aún hay que coger con pinzas. Cierto que dos de los blogs más fiables sobre el universo Pixar, como son The Pixar Planet y The Pixar Blog se hacen eco de la noticia que ha comentando /Film, sobre una opinión de Jim Hill (que al ser él quien comenta la posibilidad da un poco de verosimilitud a la información) acerca de lo que ciertos compradores en el Licensing International Expo 2009 habían visto y escuchado hablar a Pete Docter sobre una segunda entrega de Monsters S.A, además de dejar caer rumores sobre licencias de producto sobre personajes para una segunda entrega. A lo cual, el propio Jim Hill comentaba que le cuesta creer esa posibilidad, y que si hay algo de cierto no se vería hasta la próxima Expo de 2010, donde se podrían ver algún tipo de esbozo sobre este proyecto.

Ya expresé mi punto de vista sobre que hubiese una nueva entraga de Monsters S.A, y cuál de sus películas sí veía con posibilidad de tener una segunda entrega (curiosamente /Film piensa «exactamente» como yo). Pero de ahí, a tener claro ya que sí habrá un Monsters 2, servidor no se lo cree. Como pronto será en 2013, y si dan con el argumento… De todas formas, la impresión para esa fecha es que Pixar se va a atrever con cine no animado. Por el lado de la animación, sólo se sabe que Newt y The Bear and the Bow serán junto a Cars 2 los proyectos confirmados después de Toy Story 3. Mirar más allá del 2012, y fuera de estos proyectos, no es más que un brindis al sol. Lo único que queda esperar, es dejar de elucubrar sobre si habrá tal o cual secuela en cuanto alguien arma un poco de alboroto. Como ya han hecho antes, será la propia Pixar quien lo confirme en sus eventos especiales.

Mis secuencias mágicas de cine: ‘El padrino II’, la soledad de Michael Corleone

No es el caso con el ejemplo que ahora vamos a tratar, pero la idea de la serie sobre mis secuencias mágicas radica en destacar un hecho particular perteneciente a una secuencia de una película, que puede no te esté gustando en líneas generales, pero que en un instante te hace ver la luz por lo que se dice o lo que se ve. Es decir, a no todo el mundo le gustan las mismas películas, y en realidad algunas de las películas aquí comentadas no son de aquellas que uno pondría en los altares, pero si se recuerdan es por algo en concreto que nos llama la atención, instantes de cine en esencia, perteneciente a la memoria selectiva de cada uno. Así, a Gabriel, por ejemplo, hay un instante en ‘El retorno del rey’ que le marca, por lo que se dice o como se dice, y que para él, a pesar de que el conjunto de la película le aburre, significa un momento mágico, digno de mencionar. Cuando yo hablé de ‘Atlantic City’, lo hacía recordando una única secuencia, cuando la obra en conjunto es enorme, y no por lo que se veía, al contrario, por lo que no se veía, porque durante un momento en esa película pasábamos de ser espectadores a “voyeurs”, a sentir lo que podría llegar a suponer ver a un mujer limpiarse desnuda con un limón. Ambos llegamos a la misma conclusión por dos caminos diferentes, mágicos en ambos casos.

Entrando en ‘El Padrino II‘, que es de lo que va esta entrada, mi memoria selectiva sólo piensa en el final. En toda la última secuencia, sin duda, esos más de siete minutos donde vemos pasear a toda la familia, para terminar en la imagen de Michael Corleone solo, trágico destino del que no ha podido huir. La historia de Norteamérica, no es más que un tragedia de Shakespeare, la soledad del poder. Sobre todo de esto último. Mi memoria se fija justo después del sonido de un disparo, Michael Corleone sentado en una sillón y la cámara acercándose a su rostro.

Acaba de ocurrir algo por lo que siempre luchó su padre que no llegase a suceder, tener a la familia unida, y él se ha saltado esa regla, por no saber protegerla, por no ser capaz de amar. Ese final, durísimo, donde él ha dado la orden de matar a su hermano Fredo, es a lo que se agarra Coppola para explicar la tercera entrega, por el dolor que le acompaña a Michael desde que decide no perdonar una traición. El resquemor y la culpa que esa mirada perdida va a acompañar a Michael Corleone hasta que muera.

Se cuenta que en una ocasión Al Pacino estaba sentado en la butaca de un cine, viendo ‘La chica del adiós’, cuando escuchó la siguiente frase de la boca de la actriz Marsha Mason:

Nadie sabía quién era Al Pacino antes de ‘El Padrino’.

Entonces Al Pacino se levantó de su butaca y empezó a gritar:

Eres una mentirosa, Marsha. ¡Antes de El Padrino ya habías estado conmigo en una obra de teatro!

Aquí hay un contrasentido, para bien o para mal, Al Pacino será recordado por dar vida a Michael Corleone. La historia es así, era un desconocido hasta que Coppola apostó por él, por encima de los productores y de todo aquel que le llevase la contraria. ¿Por qué? Coppola tenía en la cabeza que pese a que otros se iban a llevar la gloria, el protagonista real era el hijo pequeño de la familia, y que su drama era interior, que debía ir desde la alegría de la inocencia de quien está al margen de los negocios, hasta la frialdad en la que cae el mismo personaje años más tarde.

Todo eso se lo daba Al Pacino, quien se adueña de Michael Corleone. Coppola, como íbamos diciendo, quiere contar la historia de una familia especial, cierto, pero a la par, la tragedia del hijo pequeño de Don Vito, de aquel en el que tenía puestas todas las esperanzas, alguien honrado frente a tanto mal. Ese silencio, esa mirada perdida, habla de la capacidad de un actor para ahorrar gestos. No hacen falta palabras, intuimos, a eso nos obligan, lo que pasa por la cabeza de Michael. Sabemos lo que ha pasado, pese a que Coppola evita que lo veamos, y eso que el director nos va dando las pistas. Fredo sabe que desde el beso de su hermano, es un muerto en vida, pero que sin su protección tampoco podría sobrevivir. Sin embargo, el final, pese a lo previsible del mismo, nos sacude con dureza. La realidad de la mafia.

Secuencia final ‘El Padrino, parte II’

Para Michael no existe el perdón a la traición, aunque se lleve el apellido Corleone. No hay termino medio, ni se ignoran los errores. Todo se paga, más, si se va contra lo que él dirige. El poder le aisla de todo, hasta de su mujer y sus hijos. La mirada perdida de Michael, es el recuerdo de una mesa llena de gente y recuerdos, que ahora se ha quedado vacía. Ese es su fallo, del que tampoco logra su propio perdón.

El final, como en las tres entregas, es una ópera de historias entremezcladas que se van cerrando. Heridas externas e internas, que confluyen en la reflexión de Michael. En su soledad y en su mirada a ninguna parte. Se acaba de convertir en todo lo que repudiaba su padre. Él mató, por proteger y dar un futuro a su familia. Al contrario que su padre, Michael por no dar signos de debilidad, aunque sacrifique la vida de aquel que es sangre de su sangre. Algo de eso debe estar pensando mientras la cámara se le acerca en la última imagen que vemos de ‘El Padrino II’. Sin saber lo que piensa, podemos intuirlo, eso es algo que Coppola nos regala. Sacar vuestras conclusiones, nos dice. Michael Corleone ahora es nuestro. ¿Qué pensamientos tendrá? Somos quienes debemos completar la obra. O eso era así, hasta que años después el propio director decidió ofrecernos lo que pasaba por la cabeza de Michael cuando tocó fondo. Soledad y reflexión en un único plano. Momento mágico. Cine para el recuerdo, parte del rompecabezas de nuestra memoria selectiva de aficionado al séptimo arte.

Banda sonora de ‘El padrino, parte II’

Foto | Cartelera 10

Entradas en blogdecine sobre ‘El padrino II’

El canal adecuado para los cortometrajes

(Recuperando esta entrada de blogdecine sobre un tema, cortometrajes, siempre vigente).

Hace Hernán Casciari una doble crítica hacia las televisiones tomando como punto de partida el momento de auge que está viviendo el universo de los cortometrajes en España. No entiende que las televisiones pasen de emitir estas peliculas por televisión, salvo por honrosas excepciones, y cree que sería una excelente cantera para elevar el nivel de algunas series de ficción española. A este segundo punto le responde Pianista en un burdel, indicando que el problema se debe más a una cuestión de despacho y confianza, que a falta de ganas por llevar productos diferentes a la pequeña pantalla (incluso publica algunos de los grandes cortometrajes españoles recientes). Es en los despachos donde se decide la programación, y es evidente que no les resulta interesante programarlos (sería mejor decir que no saben que hacer con ellos).

Yo en cambio difiero en el canal en el que se deberían ver los cortometrajes. No creo que sea la televisión quien deba apostar por ellos para la parrilla, partiendo de la base que siempre han sido usados, de manera puntual, como un contenedor con el que cubrir los huecos dejados por la rápidez de una retransmisión en directo. No se comprende, que el interés que puede tener ver cinco cortometrajes seguidos con planteamientos e historias muy diferente es inexistente, a nivel de público en general. Si ya cuesta entrar en una única aventura, imaginar varias, y el mismo pensamiento para las salas de cine y sus maratones de cortometrajes. Habrá uno que te guste demasiado, otro nada, y otro que te deje indiferente. O que ninguno de ellos aporte lo suficiente como para analizarlo, que tanta variedad incomode, y no sea más que una manera de sacar adelante un producto que por sí sólo no se podría lograr.

Creo que el canal adecuado para estas obras, y el que ha permitido el boom hacia el cortometraje en España, es Internet. Allí ha sido donde se ha tenido la posibilidad de tener acceso a estas pequeñas películas, donde uno no se ve obligado a montar un maratón, y puede decidir qué ver (incluso varias obras del mismo autor para ver evolucionar su estilo). Eso en la televisión es imposible, nunca se sabe la hora de emisión, y además no hay manera de que a uno le cuadren obras de una misma dinámica. Cada película requiere de un tiempo de aceptación. Exactamente igual que su hermano mayor. Y éste lo máximo a lo que se aventuró fue a una sesión doble.

Además, como reconoce el propio Carlos Lascano, el poder de Internet es tan grande, que de no existir, muchos de los trabajos de jóvenes cineastas serían ignorados, y sus carreras se verían truncadas. Con Internet el espectador hace su selección, y decide cuando lo vé. Algunas veces con comentarios que enriquecen la obra o te descubren cosas que nos ha podido apreciar. Sin esto último, pocos hubieran conocido la obra de Carlos Lascano, fuera del círculo de entendidos, y mucho menos ponerlo en el mapa para disfrutar su trabajo. ¿La televisión lo acerca al público? Si eso ocurriese de verdad, seguramente las salas se atreverían a poner en cada pase de una película un cortometraje. Y lo raro, es que luego, en el lanzamiento de la película en DVD, a veces lo meten como contenido extra, como fue el caso de ‘Alumbramiento’ (fotografía superior) junto a ‘4 meses, 3 semanas y 2 días’. Mientras, la única opción válida es donde están los aficionados que demandan ese trabajo. Hoy es Internet, y no parece que vaya a cambiar.

Mi despedida de Blogdecine

Se escucha a Caetano Veloso, la secuencia que más me gusta de ‘Hable con ella‘. Cuentan que el músico brasileño, de visita o de bolos por España, fue a ver en exclusiva a Pedro Almódovar, admiradores mutuos, y éste aprovechando su presencia, improvisó un concierto donde Caetano cantaba el ‘Cucurrucucu Paloma‘ tal y como se puede ver en la película, con sus buenos amigos embelesados ante la música de genio brasileño. Se podría decir que la canción es sólo el señuelo para algo que no vemos, aunque intuimos. El personaje de Darío Grandinetti se emociona escuchando la canción, porque ve aflorar sus sentimientos, recordando una historia ya vivida. Rosario Flores le ve llorar, y siente su corazón como se va encogiendo, más por el hecho de ocultar algo que a Dario le quiere comunicar. Los personajes se alejan, Rosario tras Darío, la mujer para consolar al hombre, bueno y sincero, cabreada ella por hacerle algo que entiende no se merece… mientras suena de fondo el “cucurrucucuuu palooomaaa… cucurrucucuuu palooomaaa…” El preámbulo al dolor, a lo irremediable, que no se ve, aunque terminen ambos felices…

En ‘El hombre que mató a Liberty Valance‘, el actor Edmond O’Brien interpretaba a un acojonado borracho dueño de una imprenta, a la vez periodista y director del periódico del pueblo. A su manera, se empeña en contar objetivamente la verdad, un don nadie con madera de héroe que sabe que el villano, Liberty Valance, le va a desollar con su látigo cuando vea impresas en papel sus fechorías. Él sabe que tarde o temprano eso sucederá, pero no quiere renegar de sus principios, defender en lo que cree, aunque le cueste la vida. Cuando llega ese momento en el que sufre la paliza a manos de Liberty Valance, el poder castigando al pueblo, en su agonía le susurra al oído al personaje de James Stewart:

Le he hablado a Liberty Valance de la libertad de prensa

Ambas escenas, a su manera, representan lo que os quiero comentar en esta entrada: mi despedida y salida de blogdecine (esa es la razón del final de las secuencias mágicas), cuatro años y medio después de mi incorporación, casi al inicio del proyecto. La escena de Almódovar hace referencia al bonito sueño que me ha permitido escribir de cine, o literatura, como a mí me hubiera gustado que esto hubiese sido, alargado en un año, cuyo camino irremediablemente, y lo sabía, implicaba esta salida. La escena de la película de Ford, supone salir sin querer hacerlo, empresas y normas, pero diciendo las cosas claras, el matiz entre las obligaciones y el tener que, pero con la cabeza alta, como la sonrisa que Edmund O’Brien le dedica a James Stewart poco antes de morir… la imagen del deber cumplido, o la conciencia tranquila, creo que lo llaman.

Desconozco donde seguiré escribiendo de cine, por lo pronto será en mi blog donde siga dando rienda suelta a mi pasión, que no es otra que escribir de lo que sea. Tengo claro que allí acabarán los especiales sobre Disney que están en la recámara, como el de Goofy o el de las Silly Symphonies, y que desgraciadamente no han tenido tiempo de ver la luz, como esas secuencias mágicas que tanto me gustaba comentar, también de las películas de mi vida, o sobre el cine mudo, con los cortometrajes de Chaplin y Keaton, o la creencia de que los blogs han sido parte importante en el auge del visionado de los cortometrajes (ficción o animación), de alguna crítica que superaba el punto de la opinión, o mi posición frente a la piratería, con una entrada que me ha dado muchas satisfacciones… Siento centrar esta parte en mi persona, pero lo que sí tengo claro, y este es mi homenaje a quienes se quedan, que os quedáis en buenas manos. Ahora sólo me queda mirar al horizonte, pegar un salto en el aire, y chocar las piernas como mi idolatrado Charlot. Se cierra una etapa, pero empieza un futuro. El punto y aparte que comentaba antes. Nos vemos en una sala de cine, o mejor, leyendo y opinando de cine. Algo que es patrimonio nuestro, y que nadie puede arrebatarnos. Eso sí, seamos exigentes. El buen cine, español o no, se lo merece.

La piratería no es sólo el problema de la experiencia de ir al cine

La ministra Sinde cree que el paulatino descenso en el número de espectadores que van a las salas de cine en España se debe a la piratería. Incluso tiene la convicción que las descargas en Internet son la causa y efecto de esa tendencia negativa, y lo que es peor, que afectan en alto grado a que el cine español sea poco visto. Aquí, antes de entrar a repasar el resto de los problemas que tienen que ver mucho más que la manida piratería, me hago una par de preguntas: ¿qué pasaría si las películas que no son rodadas en español se viesen en su idioma?, ¿se verían las películas españolas beneficiadas en la asistencia a las salas donde se proyectasen? Pues eso.

Volviendo a la razón de ser de esta entrada, encuentro un estudio realizado en siete ciudades americanas y tres europeas a cargo de PA Consulting y la Motion Picture Association of America, donde se indica que el descenso global en la asistencia al cine no sólo es consecuencia del resultado de un contenido pobre, sino que es una combinación donde la experiencia de ir al cine se ha vuelto no satisfactoria, y que además, se ha incremento la competencia entre las opciones de ocio que escoge el consumidor para compartir su tiempo y su dinero.

Por tanto, conviene fijarse en lo que supone de verdad a día de hoy la experiencia de ir al cine, porque es ahí donde encontraremos enumeradas las 10 razones que están causando la muerte del cine, historias y marketing de las películas a un lado. Una evidencia, la piratería ocupa el último lugar de la lista. ¿Y las otras nueve?… (continuación en blogdecine).