En este país, los diarios deportivos tienen la “suerte” de tener unos directores con mando en plaza, hasta el punto que se dejan el honor de escribir sus propias columnas (algunos hasta diariamente). Nada que decir, si aquello que se escribe tiene su lógica, y no deja de lado la objetividad, yo apuntaría más por el sentido común. ¿Cuál es el problema? Si lo anterior desaparece, y el ego personal nubla la vista, nos encontraremos con una estupidez de tal calibre, burrada sería un término más ajustable, que nadie por debajo de él se va a atrever a llevarle la contraria, o como suele suceder en todo organigrama de un periódico, que le tumben el texto escrito. Ante todo torero, pensará el trencilla. Sin embargo, ese director que incumple toda norma lógica, al expresar una opinión que no hay por donde coger, olvida una cosa importantísima, pase lo que pase, se debe a su audiencia (lectores), y al menos, ésta, merece ser tratada con respeto y con inteligencia.
Leer la columna del Señor Inda en Marca donde invita a la contundencia, amparándose en el eufemismo de “sin salirse de la reglamentación”, es execrable, por mucha libertad de opinión a la que se agarre, y provoca un enorme cabreo generalizado, o personal, como demostró Carlos Martínez en su twitter (aunque hacía más referencia al titular del periódico del señor Inda que a la columna en cuestión).
¿Y todo esto para qué? Para defender el pragmatismo de un juego donde se debe premiar lo que suma y no lo que resta. Lo que se comentaba en esa columna se puede llegar a pensar más como humor pero jamás decir, y menos opinar, porque la lógica sale en su contra: en el FC Barcelona juegan otros 10 jugadores que consiguen, y eso no lo miramos en la acera contraria, que Leo Messi brille… (continuación en sportyou).