[Con el planteamiento que propone La chica de la tele sobre las preguntas que realizan ciertos programas de televisión, y en concreto El hormiguero, quiero recuperar esta reflexión que planteé en ¡Vaya Tele! sobre el mismo programa, que veo no ha perdido vigencia.]
La televisión tiene que jugar con la promoción que cualquier artista quiera realizar de su obra. Unos y otros se necesitan, más el artista que el programa de televisión, y esto encierra una incongruencia. La cuestión es el panorama que se encuentra el responsable de comunicación de un artista para llevar a éste a un programa de entrevistas en el que dar a conocer su película, serie, disco o libro. Si mira la parrilla televisiva se encuentra que no tiene que darle muchas vueltas a la cabeza para decidir dónde ir, y si es extranjero, piensa con razón, que lo mejor es convocar a la prensa, realizar una rueda, un evento con público y ellos ya se encargarán de difundir el mensaje. Claro que la televisión sigue teniendo su tirón, o eso se piensa.
Volvamos a ese responsable de comunicación que decide tener en cuenta a la pequeña pantalla para la promoción. Si nos fijamos en los programas de entrevistas, las opciones se reducen a dos: El hormiguero y Buenafuente. Y pienso que en ambos casos es más por la difusión que alcanzan por Internet – YouTube, que por la gente que se pega al televisor a verlos. De Buenafuente, a su manera, puedes obtener una cierta repercusión, porque hablarán de la película o el disco, sacarán algún corte de la película o cantarán una cancion en directo en el plató. Es decir, entran al programa, pero no son decorado. Ahí depende la gracia de Buenafuente hacia donde quiera llevar la entrevista… (continuación en ¡Vaya Tele!)