Avatar, el nuevo trailer internacional y el derecho de cita

Nota: Esta entrada también la puedes leer en Los vídeos de Antonio Toca.

Dos impresiones sobre ‘Avatar‘ la esperada película de James Cameron, bueno, más en concreto sobre el trailer nuevo y lo que éste deja ver. La primera, la espectacularidad del mundo alienígena que nos va a ofrecer James Cameron. Aún estoy asombrado (las batallas son espectaculares), principalmente porque el trailer ha cumplido con su objetivo principal: que me entren unas ganas tremendas de ver la película (en USA serán afortunados a partir del 17 de diciembre).

La segunda impresión hace referencia al tema de las ideas copiadas o utilizadas por Avatar con anteriores obras. Dejé mi impresión ya la primera vez que salió el tema, y aunque ahora se vuelve a la carga, por unos parecidos razonables con ‘Call Me Joe‘ de Poul Anderson, por la historia, que por lo visto tiene bastantes reminiscencias con el supuesto guión original de Cameron. En ambas, el personaje principal, parapléjico a más señas, usa el cuerpo de una especie alienígena a través de una conexión mental y su avatar, todo para explotar los recursos naturales del mundo alienígena que quieren invadir los humanos (¿somos los malos o no línea que separe o marque la diferencia cuando los invadidos repelen la agresión?). Además, como sucede en la película, el personaje principal se involucra cada vez más con los nativos, su cultura y su mundo, pasando más tiempo conectado en su avatar (eso explica el post de io9).

Dadas las similitudes, posibles y de momento utópicas, tengo claro que esto sirve para dar mayor publicidad gratuita a la película, y dado el previsible éxito, nada que no se solucione con un acuerdo extraoficial. Pero ahí me sale el punto radical, y una pregunta a este respecto, ¿por qué les costará reconocer a algunos directores las fuentes de las que beben sus ideas? El dichoso derecho de autor termina saliendo a relucir, aunque en realidad es el derecho de cita o reconocimiento lo que aquí debería tratarse (para bien de las obras que se relacionan con ‘Avatar‘, que parecen olvidarlo también).

¿La realidad? Que después de todo esto rollo, la pinta de la película de James Cameron es estupenda, quizás porque no soy tan purista de la ciencia ficción (y ahora sólo estoy hablando de entretenimiento).

Vía | Filmstalker

¿Qué hace la SGAE con su dinero?

Cuando junto a los periódicos hacen las promociones por las cuales lanzan una serie de películas, siempre me pregunté cuánto dinero le tenían que pagar a la SGAE las editoras por usar esos derechos de autor. La cuestión es que con el tiempo supe que casi nada, dado que la mayoría de las mismas estaban en dominio público. Es decir, uno se las puede descargar de Internet sin tener que dar cuentas a la SGAE, porque no está cometiendo delito, como es el caso de ‘Charada’, gran obra de Stanley Donen (entendéis que sea una de las películas que más se ponen a la venta junto a los periódicos). Se pueden aprovechar los periódicos sacando benifico de una obra de dominio público, pero el usuario / no pirata, no puede.

Imagino que de ahí no sacará dinero la SGAE, porque esos derechos no los gestiona, aunque a estas empresas se los saque por otro lado. Pero qué pasa con los derechos de películas que habiendo pasado el tiempo de duración del copyright, no está en dominio público, porque los herederos renovaron en tiempo los mismos. Perviven, entiendo, pero si están muertos, donde va ese dinero que recauda la SGAE por unos derechos que se quedan en su bolsillo y que no entrega a quien corresponde. ¿Si es una entidad privada por qué no se la audita? ¿Por qué no hay alguien que explique donde y a quien entregan el dinero? ¿Lo hacen a los herederos? ¿Lo hacen a las entidades públicas que cuidan el material heredado de su autor? ¿Por qué la SGAE no apoya a la Filmoteca Nacional, para que la historia de nuestro cine, por poner un ejemplo, y del que siguen cobrando para su causa dinero, no vaya poco a poco cayendo en el olvido? ¿Qué hacen con el dinero que recaudan?

Mejor os dejo con este vídeo de Carlos Pumares que lo explica con más gracia, con un ejemplo soberbio con el afán recaudotorio de las multas en autopistas de peaje, y el hecho de que con el canon, nos cobran dos veces por ver la misma película.