Mi despedida de Blogdecine

Se escucha a Caetano Veloso, la secuencia que más me gusta de ‘Hable con ella‘. Cuentan que el músico brasileño, de visita o de bolos por España, fue a ver en exclusiva a Pedro Almódovar, admiradores mutuos, y éste aprovechando su presencia, improvisó un concierto donde Caetano cantaba el ‘Cucurrucucu Paloma‘ tal y como se puede ver en la película, con sus buenos amigos embelesados ante la música de genio brasileño. Se podría decir que la canción es sólo el señuelo para algo que no vemos, aunque intuimos. El personaje de Darío Grandinetti se emociona escuchando la canción, porque ve aflorar sus sentimientos, recordando una historia ya vivida. Rosario Flores le ve llorar, y siente su corazón como se va encogiendo, más por el hecho de ocultar algo que a Dario le quiere comunicar. Los personajes se alejan, Rosario tras Darío, la mujer para consolar al hombre, bueno y sincero, cabreada ella por hacerle algo que entiende no se merece… mientras suena de fondo el “cucurrucucuuu palooomaaa… cucurrucucuuu palooomaaa…” El preámbulo al dolor, a lo irremediable, que no se ve, aunque terminen ambos felices…

En ‘El hombre que mató a Liberty Valance‘, el actor Edmond O’Brien interpretaba a un acojonado borracho dueño de una imprenta, a la vez periodista y director del periódico del pueblo. A su manera, se empeña en contar objetivamente la verdad, un don nadie con madera de héroe que sabe que el villano, Liberty Valance, le va a desollar con su látigo cuando vea impresas en papel sus fechorías. Él sabe que tarde o temprano eso sucederá, pero no quiere renegar de sus principios, defender en lo que cree, aunque le cueste la vida. Cuando llega ese momento en el que sufre la paliza a manos de Liberty Valance, el poder castigando al pueblo, en su agonía le susurra al oído al personaje de James Stewart:

Le he hablado a Liberty Valance de la libertad de prensa

Ambas escenas, a su manera, representan lo que os quiero comentar en esta entrada: mi despedida y salida de blogdecine (esa es la razón del final de las secuencias mágicas), cuatro años y medio después de mi incorporación, casi al inicio del proyecto. La escena de Almódovar hace referencia al bonito sueño que me ha permitido escribir de cine, o literatura, como a mí me hubiera gustado que esto hubiese sido, alargado en un año, cuyo camino irremediablemente, y lo sabía, implicaba esta salida. La escena de la película de Ford, supone salir sin querer hacerlo, empresas y normas, pero diciendo las cosas claras, el matiz entre las obligaciones y el tener que, pero con la cabeza alta, como la sonrisa que Edmund O’Brien le dedica a James Stewart poco antes de morir… la imagen del deber cumplido, o la conciencia tranquila, creo que lo llaman.

Desconozco donde seguiré escribiendo de cine, por lo pronto será en mi blog donde siga dando rienda suelta a mi pasión, que no es otra que escribir de lo que sea. Tengo claro que allí acabarán los especiales sobre Disney que están en la recámara, como el de Goofy o el de las Silly Symphonies, y que desgraciadamente no han tenido tiempo de ver la luz, como esas secuencias mágicas que tanto me gustaba comentar, también de las películas de mi vida, o sobre el cine mudo, con los cortometrajes de Chaplin y Keaton, o la creencia de que los blogs han sido parte importante en el auge del visionado de los cortometrajes (ficción o animación), de alguna crítica que superaba el punto de la opinión, o mi posición frente a la piratería, con una entrada que me ha dado muchas satisfacciones… Siento centrar esta parte en mi persona, pero lo que sí tengo claro, y este es mi homenaje a quienes se quedan, que os quedáis en buenas manos. Ahora sólo me queda mirar al horizonte, pegar un salto en el aire, y chocar las piernas como mi idolatrado Charlot. Se cierra una etapa, pero empieza un futuro. El punto y aparte que comentaba antes. Nos vemos en una sala de cine, o mejor, leyendo y opinando de cine. Algo que es patrimonio nuestro, y que nadie puede arrebatarnos. Eso sí, seamos exigentes. El buen cine, español o no, se lo merece.

Mi despedida de Notas de Fútbol

No descienden los clubes, lo hacen las aficiones, que sufren los sin sabores de su equipo del alma. Acabada esta liga, y a la espera de lo que en poca más de 15 días haga la selección española, uno tiene que bajarse del tren al que ha estado subido durante los últimos cuatro años. Cuando uno empieza a andar o a correr en cualquier competición, lo hace sabiendo que al final hay una meta, y que el camino o la carrera termina en ese punto. Cuando lo alcanzas, desconoces lo que el futuro te deparará, sólo podrás echar la vista atrás, analizar y aprender de la experiencia. Creo recordar que empecé a participar en este blog cuando Florentino dio la espantada, no estoy seguro, pero puede ser, y lo curioso, o así lo ha querido el destino, cuando vuelve, soy yo quien da el paso para decir adiós a esta página

En este momento me vienen varias imágenes de recuerdo. La primera es la de Luis Aragonés, altanero, diciéndole a Gil y Gil y a Lopera, que a él nunca le habían despedido ni echado de un banquillo, porque antes se marchaba él. Y lo cumplió en todos los equipos a los que ha entrenado. La segunda imagen, habla de baloncesto, pero la tengo marcada. El FC Barcelona acababa de ganar la liga de baloncesto, y una semana después se ve a Djordjevic hablando por teléfono en las oficinas del club, justo después de que le han indicado que no cuentan con él. Habla con su representante, y le espeta un «quieren contar conmigo, pero bajo unas condiciones… sabes cuales son, perfectamente… sí, muy educado y sin malos rollos…, pero eso es lo mismo que abrirme la puerta para echarme, y sabes que así no puedo seguir… no me quieren, es así de sencillo». La tercera imagen me trae a Vicente Del Bosque, caballero por encima de todo, que después de ser campeón de liga, recibió una patada amistosa de Florentino Pérez, el mismo que no tuvo el valor de llamarle para decirle que no contaban con él. Nunca he escuchado una mala palabra salir de la boca de Del Bosque sobre aquellos que tomaron la decisión de no seguir con él, lo cual no ha evitado que haya dejado siempre claro, que él ve ya muy difícil regresar a ese banquillo mientras esté al mando Florentino (aunque nunca se sabe). En el fondo, un señor que ama a su club, por encima de las personas.

En esas tres imágenes se resume mi marcha. Tengo que dejar Notas de Fútbol, 569, con ésta, entradas después de empezar el camino. Medité no escribir estas últimas líneas, y acabar mi colaboración con una entrada de la que me siento muy orgulloso, ‘Esos locos bajitos‘ homenajeando a esa Barça de Guardiola, Messi, Xavi e Iniesta… pero me debía algo más. Recordar como hace más de 4 años un grupo de fanáticos iniciaron este blog con la premisa de hacer el contenido que a ellos les hubiera gustado leer en la prensa deportiva (premisa a la que siempre he tratado de ser fiel). Vivir el boom del blog con la cobertura del Mundial de Alemania 2006, y el millón de visitas alcanzadas en ese mes. La primera crisis del blog y la salida del equipo fundador, todos buenos amigos… El empezar de cero, tratando de recuperar la esencia de los que se marcharon, con la entrada y salida de otros buenos amigos, manteniendo el espíritu de no caer en el comentario fácil, y en lo que se podía, un contenido original…, y así, hasta ver a España proclamarse campeona de Europa, en un mes en el que todo el equipo que colaboró realizó un esfuerzo grande que sólo tuvo el reconocimiento de la satisfacción del trabajo bien hecho, y del gustazo de haber formado parte de un éxito sin precedentes en la historia moderna de nuestro fútbol…

Mi satisfacción, aunque agotada tras la Eurocopa, ha sido poder escribir de fútbol, sin obligaciones en el tema, y sin rendir pleitesía a nadie. Incluidas mis broncas con vosotros, y mis aciertos y errores en el objetivo natural de esta discontinua columna: Capello, ahora visto sin razón, y sobre todo Calderón. Este Barça, propiedad ya de mi memoria selectiva, es el medidor del futuro Real Madrid. El mismo que veré desde esa Fila 18 del Fondo Norte en el Bernabéu desde la que seguiré estando todos los partidos. Desconozco si esta columna, o lo que sea, tendrá cabida en otro lugar, quizá en mi blog, donde seguiré reflexionando de fútbol, con o sin razón, pero siempre bajo el mismo criterio que me movieron a escribir todas esas entradas… Perdón por el rollo y disfrutar de este juego llamado fútbol. Todo lo de alrededor no importa, incluida estas líneas de despedida de otro aficionado más. Rueda el balón, y la vida no para. Lo dicho, nos seguiremos leyendo.