El dilema del prisionero explicado en ‘El Caballero Oscuro’

Vamos a hablar de una de las escenas más importantes de la película de Batman (en blogdecine han hecho un buen seguimiento de El caballero oscuro), y habiendo dejado un tiempo prudencial a propósito para que la gente no se topase con un enorme spoiler, no puedo remediar hacer referencia a ella porque explican perfectamente qué es el dilema del prisionero y en qué consiste su solución. En la película, El Joker propone la siguiente idea macabra para sembrar el caos en la ciudad: dos ferrys están llenos de explosivos, en uno viajan personas normales de la ciudad de Gotham huyendo del desorden que ha creado el criminal de la sonrisa eterna, y en el otro criminales y presos trasladados de la prisión en la que estaban para evitar una posible fuga.

El juego que les propone El Joker, para demostrar que en cada ser humano hay un ser malvado, es que dentro de los barcos deja el detonador, pero del otro barco, dando la opción a la gente que está dentro de cada ferry de salvarse si aprietan el detonador y hacen explotar el barco donde no están ellos. Para complicar más el juego, les da un límite de tiempo de 30 minutos, pasado el cual, él explotaría ambos ferrys si no explota uno antes… (más información en el blog salmón)

La gente del cine español no conoce el dilema del prisionero

La tabla que podéis ver sobre estas líneas corresponde a la demostración gráfica de lo que es el dilema del prisionero. Vendría a ser la estrategia a seguir por parte de dos prisioneros que han sido arrestados para obtener un mejor trato de la policía bajo unas premisas. Como los presos están separados e incomunicados deben decidir qué hacer pensando en lo que vaya a hacer el otro. Y en el cuadro están las opciones que cada uno podría escoger. Vistas las mismas, lo normal es que el sentido común te haga enfrentarte a tu colega y delatarle ya que el trato de la policía es el mejor. ¿Y si los dos hacen lo mismo? Resulta que el resultado mejor es el peor posible. ¿Qué hacer entonces? No delatar al otro prisionero ya que al menos así se obtendrá el mal menor minimizando el castigo. Es decir, optar por la opción que a primera vista no parece la mejor. ¿Os va sonando?

En este punto, os preguntaréis, ¿a qué viene todo esto? ¿Por qué en un blog de cine me pongo a hablar de una teoría económica y del dilema del prisionero? Porque volviendo al artículo que escribió Daniel Sánchez Arévalo, me da que nadie ha explicado a la gente del cine español este dilema, y que sus opiniones, como tantas otras, de echar las culpas a las descargas de Internet y no ver la solución real, tienen su explicación en el citado dilema y en el equilibrio de Nash… (más en blogdecine)