Tengo claro que el problema principal que existe en el mundo empresarial español respecto a la innovación es de cultura. De actitud respecto a ella. La innovación es un concepto en boga al que todo el mundo quiere arrimarse sin tener en cuenta dos patas importantes: el conocimiento y la información. Ambas deben ir entrelazadas en un concepto más amplio que responde a la idea de compartir el conocimiento y la información. Dioni Nespral habló de un término que viene al pelo sobre la idea anterior durante la presentación del Blogbook en las oficinas del BBVA, y al que él denominó coinnovación o innovación colaborativa entre diferentes personas y organizaciones.
En el fondo es compartir la semilla del conocimiento entre el mayor número de personas posibles. La innovación, tal y como debe ser entendida hoy, no es un ente cerrado, es abierto, entroncando este mismo término con el de Open Innovation que defiende con acierto Juan Freire (y cuyo ejemplo tenemos sin duda en el desarrollo de la plataforma Linux con sus miles de programadores o el mismo blogbook), y ahí sería donde tendría cabida la coinnovación. En los miles de perfiles y diferentes puntos de vista que los miembros de esa unidad abierta de innovación forman. Comento todo esto, y este término, porque poner trabas a compartir el conocimiento, que no es otra cosa que poner trabas al P2P desconectando de Internet aquellos que lo utilizan, es frenar la innovación. El P2P es algo más que descargar contenidos, es un modelo de desarrollo de crecimiento empresarial que facilita la difusión del conocimiento. Si queremos dejar la cola de los países menos innovadores, debemos tener claro tanto el concepto de la coinnovación como la utilidad que al mismo aporta el P2P.
Vía | Eduardo Collado
Más información | Público
Más información | Planta 29