Ahora que he decidido volver a darme una vuelta por las salas de cine, lo cual reconozco que me preocupa, me apetece hablar de los Cines Renoir, el proyecto que lanzó Enrique González Macho para ver películas en V.O., cuando antes el único sitio donde podías ver así una película era la filmoteca. Además, me parece un buen ejemplo de innovación.
En su libro Free Prize Inside, Seth Godin dice que «the free prize is the element that transcends the utility of the original idea and adds a special, unique element worthy of more money and notice», y también comenta que en la mayoría de los casos las ideas innovadoras provienen de los extremos, en este caso ir al cine a ver películas en su idioma original, algo diferente y que además llama la atención. Para ello desarrolla una teoría que denomina Edgecraft.
«The way to find these ideas is what I call «edgecraft.» It is a methodical, measurable process that allows individuals and teams to identify inexorably the soft innovations that live on the edges. Edgecraft is a straightforward process:
1.- Find an edge-a free prize that has been shown to make a product or service (in someone else’s industry) remarkable.
2.- Go all the way to that edge-as far from the center as the consumers you are trying to reach dare you to go.»
Del mismo modo, comenta Seth Godin en Purple Cow, es necesario que tu producto sea conocido, primero, por aquellas personas que verdaderamente estén interesadas en lo que les ofreces, estos serían los líderes de opinión, para que a continuación y vía el boca a boca, comiencen a proclamar las virtudes de tu producto entre su grupo de conocidos, siguiendo el famoso efecto bola de nieve. Así, una vez que descubres el cine en V.O. te cuesta mucho trabajo volver a ver la misma película en su versión doblada. Enganchas clientes.
Siguiendo estas ideas, los Cines Renoir han ido atrayendo más gente a sus salas y han ido aumentando paulatinamente el número de pantallas, es decir, un éxito, aunque la gente se siga quejando de que le cuesta mucho leer los subtítulos. Y ya han pasado más de 20 años.
Por cierto, lo del doblaje clama al cielo. El 80% de una interpretación es la voz, si doblan al actor, ya me explicareis quien es capaz de decirme que tal actor o actriz hace una gran interpretación (os asombrarías al escuchar a Clint Eastwood con su verdadera voz, nada que ver con Constantino Romero). Yo no podría.