Esto no es fútbol: El cuento de las cuentas, o el valor real de la estadística

Cuando en el mundo del deporte se habla de números, por lo general la gente mira para otro lado. Sin contar el fútbol y todo lo que se mueve alrededor de él, donde los datos sólo tienen sentido para el universo de las apuestas deportivas (y curiosamente en Europa es el deporte que mueve más dinero). Por esa razón me gusta la afirmación de Paul Shirley en su columna ‘Estadísticas y falsedades’: “en el mundo de las estadísticas nadie tiene toda la razón sobre nada”. Y subrayo yo, se necesita a alguien que sepa de verdad analizarlas (como ese término tan en boga hoy en día en el universo de los medios online llamado analítica web, que clarifica el enorme caudal de datos informativos que genera una Web, cuyo valor interpretativo es imprescindible para plantear la estrategia futura).

Así que, el problema reside en la interpretación de esos datos númericos. No la hay o nadie la realiza de la manera que se debe llevar a cabo. ¿Por qué? Entiendo que por aburrimiento. En realidad, es una tarea que, o te apasiona, o a quien hayan señalado para realizarla, la terminará dejando en el montón de trabajos pendientes. Sin embargo, la importancia verdadera reside en el análisis o interpretación de esos datos (como el analista web del que hablaba antes), en las estadísticas y en la información importantísima que generan la combinación de los mismos. Números, estadística, datos… en el fondo es información para preparar una estrategia. Y esto pocos lo ven.

Llevándolo al terreno del fútbol, y saltándome una regla sagrada de esta columna, supondría dar mayor importancia a lo realizado por aquel jugador que se lleva todos los titulares por destacar en uno o dos partidos al año (los mediáticos, en terminología de los “buenos” narradores de fútbol de este país), mientras existe otro jugador que al calor de los datos, muestra que su rendimiento es muy válido y notorio partido tras partido, independientemente del valor mediático del mismo (usemos el ejemplo de este gran FC Barcelona de Guardiola, y salen a la palestra varios nombres).

Regreso otra vez a la citada columna de Paul Shirley (de lectura obligatoria todos los lunes), en este caso planteando un ejemplo en el baloncesto, en concreto, sobre la importancia de un jugador cuando está en la cancha: “la estadística, en esencia, mide el impacto de un jugador sobre el resultado final haciendo un seguimiento de los puntos marcados cuando el jugador está en la cancha y cuando está en el banquillo (…) quieren evaluar por qué sus jugadores son mejores o peores que otros y, en consecuencia, si seguir pagándoles o no.

Es decir, tomas una serie de variables como deportista, juego, implicación, tensión, resultado, estadísticas, información… y el resultado debe darnos la estrategia a seguir… (continuación en Sportyou).

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