¿Quién no ha tenido problemas alguna vez en su correo con «I love you», «Ana Kournikova», spam o phishing? Pues bien, toda esta serie de problemas que están tan de actualidad en el mundo internet, también son innovación. Así lo comenta Michael Schrage, autor de un buen libro sobre innovación, Serious Play, en un reciente artículo titulado Wicked innovation. Estos virus son una exitosa forma de innovar porque han cambiado la experiencia en la red y han sabido explotar perfectamente tanto las debilidades humanas como las tecnológicas.
Pero, ¿por qué han tenido éxito?, y ¿qué podemos aprender de ello?, se pregunta el autor. A lo que responde: «Just as society better understands health by better understanding disease, markets better appreciate healthy innovation by grasping the dynamics of pathological innovation.»
Este tipo de innovación con mala idea o malvada, que busca engañar a los usuarios, le hace reflexionar a Michael Schrage, sobre la existencia de dos tipos de innovadores: los que compiten con la innovación y los que compiten contra la innovación, como los virus, ladrones de identidad, phishing… Esa existencia queda expuesta en el siguiente párrafo: «Precisely because cheating is the essence of wicked innovation, we need to rethink the role of competition in its pathology. Two kinds of innovators stand out. The first are those who «compete with» each other; that is, they respect certain rules in their efforts to succeed in the marketplace. The second are «compete against» innovators whose goal is to spread their own inventions and eliminate their competition, free choice in the marketplace be damned. Compete-with innovation is about value creation; compete-against innovation is about value negation.»
Esa «pathological innovation» es algo que ha pasado a ocupar un lugar importante, como refleja el autor: «Honesty compels us to admit that dishonesty is often a superb innovation strategy. Compete-with innovators have little choice but to grow a bit trickier and more deceptive in their own security investments, creating tools such as the online «honey pots» that use dummy credit card data to lure in and trace hackers. Wicked compete-against innovators, ironically and inevitably, will increasingly drive innovation in compete-with markets. The single most important lesson pathological innovation teaches is that the economics of cheating play as great a role in defining value as the economics of adoption.»
Por lo visto, todo puede ser estudiado y analizado y que el engaño sólo busca tapar una oportunidad de mercado no cubierta. Habrá que tenerlo en cuenta.