El semanario The Economist publicó hace dos semanas un interesante y amplio artículo, Don´t Laugh at Gilded Butterflies. Muy válido como un primer acercamiento a todo lo que se cuece en el mundo de la innovación. En el artículo se reflexiona, a grandes rasgos, sobre el hecho de que es más importante innovar o realizar poco a poco pequeñas mejoras, que ir a la búsqueda de ese gran hallazgo maravilloso. Volvemos a la idea del post anterior: conocimiento, trabajo y disciplina. Es decir, sistematizar la innovación.
Además de hacer referencia a una serie de autores especializados en la innovación y de dar ejemplos de empresas innovadoras como IBM, Cisco, Dell, Toyota, Wal-Mart, Southwest Airlines, Tetra Pak, Charles Schwab y Air Liquide…, dedica unas cuantas líneas a un autor cuyas ideas fueron y son, valga la redundancia, realmente innovadoras: Clayton Christensen. Autor de dos excelentes libros, The Innovator’s Dilemma y The Innovator’s Solution, y que acuñó dos términos clave: ‘sustaining innovation’ y ‘disruptive innovation’, sobre los que volveré en próximos posts.
Para finalizar me gustaría resaltar esta frase, que habla de uno de los problemas que se encuentran los innovadores: «Whereas innovators stumble across or make new things, innovators try to change the status quo, which is why markets resist them.» A la hora de innovar no es fácil encontrar muchos aliados.