Woody (IV)

-¿Es cierto todo lo que me estás contando? -preguntó Lucas, alucinado con la erótica aventura.
-No creo que tenga motivos ni para engañarte ni para tomarte el pelo- contesté-. Si hay confianza a un amigo se le debe contar todo.
-¿Nunca la volviste a ver?
-Un mes más tarde me encontré con ella en el metro. Tomamos un café y hablamos de todo lo que habíamos hecho en ese tiempo. Durante la conversación, aunque no creo que lo hiciera sin darse cuenta, su intención era ponerme celoso, llegó a decirme que había vuelto a hacer las paces con su antiguo novio y pensaban mudarse a otra casa para vivir juntos -dije con la mayor naturalidad posible.
-¿Averiguaste por qué actuó de esa manera contigo en el cine?
-Por supuesto. No podía irme de allí sin saber por qué había actuado así. Entendía que me debía una explicación. Y eso fue lo que hizo, explicarme una historia que al final pensarás es de ciencia ficción.- Tomé un respiro y continué con el relato.- Verás, su ex-novio y actual compañero sentimental como te he contado, por cierto se llama Allen Stewart, curiosa coincidencia, trabaja como corrector de diálogos y como creador de series cómicas para televisión, y es, según sus palabras, un reconocido cinéfilo. Supongo que seguirá coleccionando películas y montones de objetos relacionados con sus actores y directores favoritos, aunque como comprenderás es algo que ni me importa. Bien, Allison mantenía con él una relación que me definió como muy bonita, donde el sexo ocupaba su lugar adecuado. Una noche aburrida de tanto esperarle, como habrás supuesto ya vivían juntos anteriormente, cogió la primera cinta de vídeo que encontró en la repisa y se puso a verla.
-¿Era de Woody Allen? -me interrumpió Lucas.
-Correcto. Pero no era Annie Hall como en un principio puedas pensar, sino otra película, Manhattan. La secuencia que más la entusiasmaba, no la que resultaría ser la clave y el origen de los delirantes sucesos posteriores, era la de Woody Allen corriendo por las calles de Nueva York, al son de las melodías de George Gerswhin, con la angustia de no saber si va a llegar antes de que Mariel Hemingway salga de viaje, y pedirla por favor que no se marchara porque se había dado cuenta de que la amaba (escena repetida y copiada en otras películas). A Allison le gustaba tanto esta escena porque la emocionaba pensar como sin una persona determinada, con el tiempo y cuando ya no estaba a tu lado, nos podíamos dar cuenta de que nuestra vida podía perder todo su sentido y estar vacía. En el fondo es una romántica. Ahora imagínate a Allison sentada en el sofá viendo Manhattan. Al principio los personajes de Woody Allen y Diane Keaton no se soportan, como creo que no la has visto continúo, luego coinciden en el Museo de Arte Moderno durante la inauguración de una exposición, congenian y acaban la noche sentados en un banco viendo amanecer junto al puente de la calle 59. Empiezas a percibir que entre ellos puede surgir algo. Por cierto, la imagen y la vista del puente con un poco de niebla es preciosa.

-No quiero contarte la película -dije moviendo las manos y cambiando de posición en la silla-. Estoy ignorando al resto de los personajes porque en lo que quiero hacerte hincapié no son importantes. En esta parte llega Stewart, justo cuando se levantan del banco.
>>-¿Qué estás viendo? -preguntó él.
>>-Manhattan -respondió ella-. Llevará aproximadamente media hora.
>>-¿Sabes?, es una de mis películas favoritas y ésta es posiblemente la parte que más me guste -dijo Stewart.
>>Regreso a la película. Mary, el personaje de Diane Keaton, está liada con Yale, el mejor amigo de Isaac, Woody Allen, que está casado. Pues bien, Mary discute con él y busca consuelo en Isaac. Una tarde quedan en Central Park, y mientras están paseando cerca del lago empieza a llover. Chorreando de agua se refugian en el Planetario. Hablan sin parar de sus vidas, de sus problemas al tiempo que van recorriendo las distintas galerías. Notas que entre Diane y Woody hay química, que sin saberlo se empiezan a sentir atraídos .
>>Aquí viene la parte principal de la historia, y utilizaré las mismas palabras empleadas por Allison para contármelo: ‘Estábamos juntos viendo la película. Sentados y abrazados. Muy cariñosos. Sólo la luz del televisor iluminaba la habitación. Me encontraba tan a gusto que comencé a sentir un hormigueo por el vientre. Eduardo, ¡me estaba excitando! Pero no podía imaginar que la película fuera la causante. Sin escenas de sexo era incapaz entenderlo. Aunque en ese momento deseaba hacer el amor me aguanté. Duré poco. Al segundo aparecen Mary e Isaac en una cocina, ¿recuerdas esa escena?, sí, están comentando que el sandwich no es comestible y de repente, en un genial desarrollo de la acción, Isaac la dice que se acerque y le planta un beso en la boca. Ya no pude aguantarme más. Me abalancé sobre Stewart y le besé. Le dije que hiciésemos el amor ahora, que no podía esperar, que estaba ardiendo, y que si sabía el diálogo me lo recitara. Paró la película en un primer plano de Woody Allen y me desnudó mientras decía los diálogos. Estaba disfrutando como nunca en mi vida, ahogada de placer y siempre mirando al televisor, cuando me dijo al oído entre jadeos: “Estabas empapada por la lluvia y sentí unos deseos locos de tirarte a la superficie lunar y cometer una perversión interestelar contigo.” Tuve un orgasmo antológico. A la noche siguiente repetimos y volvió a suceder lo mismo en la misma escena, con el mismo primer plano de Woody Allen en la pantalla.’

Buscando beneficios a la descarga de películas desde internet

Ya lo habían comentado con anterioridad Enrique y Julio, sobre el hecho de la absoluta miopía de la industria cinematográfica por seguir poniendo zancadillas a la distribución digital de las películas vía internet. Vuelvo a leer en el blog de Enrique esta otra entrada sobre BitTorrent, gran programa, donde recomienda leer el artículo que le dedica Wired a BitTorrent, donde vuelve a hacer hincapié en la enorme ventaja que proporciona para cualquier usuario el poder descargarse las películas que le interesan directamente desde internet.



Regreso a estas entradas porque hace un par de días estuve hablando con un buen amigo que trabaja en una televisión programando películas y que me hizo una apreciación que me pareció interesantísima:



‘Las redes P2P han sido un completo descubrimiento para mi trabajo. Imagina que ahora sólo tengo que pedir que me descarguen tal o cual película, visionarla y decidir si la compramos en menos de un par de días, cuando antes tenías que ponerte en contacto con la productora, esperar a ponerte de acuerdo con ellos para que te enviaran la copia y tenerla contralada para después devolvérsela… si bien todo ese proceso podría llevar varias semanas hasta recibir la copia, y no te digo ya si tengo que pedir la temporada completa de una serie. Como podrás ver, la mejora para mi trabajo ha sido tremenda, y el ahorro considerable.’



El comentario tiene su importancia, porque afecta de lleno a la propia industria. Y digo yo, si se da cuenta mi amigo, que era alguien que siempre se ha mostrado crítico con las películas descargadas por internet, ¿por qué no se quieren enterar las propias distribuidoras? Si es que beneficia a todos, y ya no sólo miro el ahorro de costes que le supondrían. Luego dirán que el sector está en crisis… en crisis de ideas y de visión. La parálisis e inmovilismo de la que habla Enrique.

El triunfo del innovador

Los habituales conocen la debilidad que siento por el baseball, y en especial por lo que no es el juego, su historia, que es apasionante, y la manera de trasladar este juego al mundo de los negocios, como ya apunté en esta entrada. Recientemente se jugaron las series mundialesdonde los Boston Red Sox, después de conseguir remontar un 3-0 en las series de campeonato por primera vez en la historia, acaban con la maldición del bambino (Babe Ruth sería como Di Stefano) y ganan un título después de 86 años, que se dice pronto. Pero la idea de esta entrada no es rendir homenaje a los jugadores, si no a un innovador de nombre Theo Epstein, que no sólo se convirtió con 28 años en el general manager más joven de la historia, sino que con 31 ha conseguido gestionar un equipo campeón y sin haber practicado este deporte profesionalmente. ¿Sería eso posible en España? La cuestión es que el amigo Theo, un pequeño genio que llevaba la palabra triunfador en la sangre, creyó en las virtudes de entender el juego de una manera distinta, empleando las nuevas ideas que los sabernomianos llevaban varios años explicando y de las que habló Michael Lewis en su libro Moneyball, The Art of Winning an Unfair Game… Para mí ha sido un pequeño triunfo, vale que sea uno de los clubs más poderosos, pero es la demostración palpable de que los innovadores triunfan, en cualquier soporte, y que en el mundo en el que vivimos, el talento es sinónimo de juventud. Las nuevas generaciones leen, se informan, comparten conocimientos y aprenden. De ahí al éxito es cuestión de tiempo.

Tarantino’s Blog

Reconozco que a Tarantino no termino de cojerle el punto. Pero ha tenido la virtud de cogiendo las mejores ideas de la enorme cantidad de cine que ha pasado por sus ojos, ser capaz de crear su estilo. Esto es una manera de innovar. Ejemplo práctico de que se pueden sacar productos buenos, cogiendo las diferentes innovaciones realizadas por otros directores (Sergio Leone y las buenas películas de serie B). Además, y es a lo que viene este post, Quentin también escribe un blog, y por lo que se ve bastante seguido y movido. Lo dicho, pienso que está sobrevalorado, aunque Reservoir Dogs me parece una grandísima primera película, no así las demás, pero lo que tengo claro leyendo su blog es que me confirma que si se empeña es un muy buen guionista.

P.S.: En cuestión de cine, me tiran los clásicos, Atraco perfecto, una primera película que sí es una obra maestra.

¡Vaya portada de El País!

Lo escuché por la mañana en la radio, pero no quería creermelo hasta llegar a casa: la foto de portada de hoy 3 de septiembre de El País es ver a Zapatero con Amenábar en el estreno de su película «Mar adentro». Y yo me pregunto. ¿No había otras cosas más importantes que se merecían la foto de portada de un diario de tirada nacional como El País? ¿Qué harán si esta película resulta ganadora del León de Oro del Festival de Venecia? ¿Utilizarán toda la primera página con una foto de ese acontecimiento? Mira que tengo ganas de ver esta película, pero creo que había otras noticias, como la crisis en Rusia, que merecían esa foto de portada con mayor motivo. Pero claro ver al presidente Zapatero, con su mejor talante, apoyar de esa manera al cine español (como si Amenábar o Bardem lo necesitasen) o politizando el acto con su presencia, bien valen la portada de el diario más vendido. Y de qué me extraño. La noticia sobre el último dato del paro ocupa la esquina inferior derecha de la portada, en un sitio que apenas se ve. Entonces, ¿qué criterio seguir? ¿O es que el resto de los diarios se equivocan al poner todos las misma foto de portada en sus respectivos periódicos? ¿Será esta la línea editorial de el diario ‘independiente’ de la mañana? Yo sigo alucinando, y la verdad que es una pena, porque hay cosas en este periódico que me gustan, pero esto me parece una falta de respeto a la inteligencia de sus lectores. Cada día tengo más claro que la tabla de salvación para estas cosas están en los blogs y en las personas que con sus bitácoras no tienen que respetar las leyes que les marque la línea editorial de un gran medio, lo cual me provoca una gran inquietud: ¿qué me debo creer la próxima vez que coja El País para saber qué es lo importante que de verdad sucede en el mundo?… ¡Un BLOG!

Por cierto, ¿cuál será la foto de portada de mañana?… Ya os la digo yo: la que debían haber sacado hoy.