Hace bastante tiempo comentamos que en innovación, como en la vida, se debe aprender del pasado. Que los fracasos, pueden ser el origen del éxito del mañana. Y que de hecho, como se expone en este artículo sobre Steve Wozniak, el otro Steve fundador de Apple, lo normal es que se aprenda más de los fracasos que de los éxitos. Así se expone en el artículo:
«So Steve Wozniak and Dean Kamen clearly weren’t talking about their failures as a way of feeling sorry for themselves. Rather, they were identifying with a thinking strategy they both had in common. Every failure is a learning experience, and it should be seen as part of progress, rather than seeing it as the enemy.»
Al final, el llevar a cabo la innovación consite en un proceso de prueba, error y aprendizaje… y que ésta es la única forma de que se puede alcanzar ese gran éxito del mañana. Curioso punto de vista, ya que conozco pocas personas que lleven a cabo estas ideas al mundo empresarial, y en cambio sí las apliquen a su vida. De todas formas, el ejemplo de Steve Wozniak es bastante ilustrativo.
Y aquí me pregunto; ¿por qué resulta que los grandes innovadores han sido siempre los que más fracasos han tenido? Quizá llegan a ser quienes son por eso, por no tener miedo a equivocarse y saber que de esa experiencia sacarán mucho provecho.