Mi experiencia sobre la amenaza de bomba en el Bernabeu

Estaba tan tranquilo viendo el partido de fútbol desde mi asiento en el Bernabeu cuando de repente salta la noticia: Aviso de bomba en el estadio. Así que se nos amargó la tarde de fútbol. ¿Sensaciones? Al principio sorpresa, porque nadie en el estadio entendía que sucedía, pero cuando de repente entra un miembro de la Real Sociedad en el campo para hablar con el árbitro, otro espectador que ha saltado al campo, piensa uno, y al momento continuando con los acontecimientos, alzamos la vista al palco y vemos éste vacío, a alguien le ha dado un infarto, es lo primero que se te viene a la mente. La sorpresa aumenta cuando el árbitro suspende el partido y los jugadores salen corriendo hacia el vestuario, la gente en el estadio se empieza a alarmar, y es cuando se te mete el susto en el cuerpo, que no el miedo, desgraciadamente uno ya conoce lo que es oir una bomba explotar y pasar cerca de un atentado, y empiezas a pensar que esto es una amenaza de bomba, algo que la radio luego constata, y es cuando empieza el incesante torrente de informaciones: que si han encontrado una bolsa sospechosa, que si llevaban desde las 20:15, el partido se suspendió a las 20:45, buscando paquetes sospechosos entre los palcos del estadio, los grandes atascos que en seguida se producen en las cercanías del estadio, etc…

Por fortuna la cosa no fue a más, el estadio, con 75.000 personas dentro, se desalojó rápidamente y sin incidentes, nos lo tomamos con calma bien es cierto, pero había que ver las caras de la gente… y no quiero ni imaginar si en ese momento se oye una explosión, la tragedia, no hay mayor peligro que una gran masa de gente descontrolada, hubiera sido de enormes consideraciones, y ahora escribiendo esta entrada es cuando me entra el miedo en el cuerpo de sólo pensarlo. Y no es la primera vez que el estadio es objetivo terrorista, ya lo fue en 2001.

La otra sensación final que tengo es de indignación. ¿Qué mal hace el fútbol? ¿Por qué se quieren cargar también el deporte? Ahora ya te tienes que pensar el ir a cualquier acontecimiento donde vaya mucha gente, no vaya a ser que al final suceda algo y sin avisar. ¡Qué triste!, y ¡qué impotencia! Y la cosa va a peor según van pasando las horas y me pongo a pensar en lo que he vivido. Mañana será un día duro.

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