A través de Merodeando llego a esta entrada de Tecnorantes, Brecha digital, que abunda en lo que este problema afecta a la innovación en España. Así hoy leo en El País el siguiente artículo, «Más I+D para frenar la precariedad«, del que me llama la atención:
España presenta uno de los peores panoramas europeos en innovación, una de las principales herramientas para conseguir que el crecimiento se asiente en sectores con futuro. El país destina a investigación, desarrollo e innovación (I+D+i) el 1,07% del producto interior bruto (PIB), casi un punto menos que la Unión Europea de 25 miembros. Son datos de Eurostat, la oficina estadística de la Unión Europea, que constatan también que sólo el 5,7% de las exportaciones son de tecnología avanzada, frente al 18,2% de media comunitaria.
Los representantes sindicales proponen medidas para contrarrestar ese modelo económico, que se nutre fundamentalmente de consumo, construcción y servicios de bajo valor añadido. «La inversión tecnológica del Gobierno y la LOE van en la buena dirección. Habría que intensificar esas medidas. También haría falta el compromiso de las empresas para dotarse de mayor autonomía tecnológica», apunta Méndez.
Más crítico se muestra Fidalgo, para quien el patrón de crecimiento actual pone en riesgo la cohesión económica y el modelo social del país. «Hay que hacer políticas públicas que pongan a las empresas a competir en otra escala». En este contexto, el responsable de Comisiones Obreras no comparte las rebajas fiscales que va a aplicar el Ejecutivo: «¿Por qué, en lugar de rebajar a todos, no se apunta para incentivar a las empresas que apuesten por el nuevo modelo productivo? ¿Por qué, si falta cualificación de la mano de obra, no se invierte el doble en educación y en formación?».
Estoy con la tesis que propone Fidalgo, sus dos preguntas en voz alta son acertadísimas. Pero manda narices que tengan que ser los trabajadores a través de los sindicatos los que propongan esto.