Fin de semana en Alicante, con un trayecto en tren de 3 horas, dan para ponerse al día con algunas lecturas pendientes. En concreto, algunas de las que comentamos de Malcolm Gladwell. Todas han sido muy interesantes, pero me quiero detener especialmente en su artículo Something Borrowed, de obligada lectura. En el artículo, Malcolm, a propósito de la revuelta que se montó por una exitosa obra de teatro que fue acusada de plagio, y en la que él estuvo en medio como parte implicada, termina sosteniendo, y eso que al principio se mostró muy molesto, que ve beneficioso el hecho de cojan parte de tu obra, y el autor le de otra utilidad u otro punto de vista que saque a la luz algo realmente valioso, y que por ese motivo no debe de acusar de plagio a la otra persona (a parte la publicidad que recibe).
Éste es el cambio de mentalidad que la sociedad debe ir aprendiendo. El artículo habla de gente muy molesta por el plagio, pero también indica que la posibilidad de no permitir que gente utilice tu trabajo para crear, motiva que determinadas personas pierdan la posibilidad de ser creativos y entregar a la sociedad lo que llevan dentro. Aunque claro, aquí se tiene que seguir luchando contra el pensamiento general de la sociedad… el dinosaurio del que habló Cory Doctorow en la presentación de los 100 días de Creative Commons, contra el que hay que luchar y al que vamos a ganar.
Recomiendo leer el artículo por lo válido de su utilidad como ejemplo. Por cierto, genial la parte sobre Andrew Lloyd Webber… le acusan de plagio, y resulta que a lo largo de su vida se ha ido copiando a sí mismo, mejorando cada una de sus creaciones. Unos lo llaman plagio, yo digo que es innovación, aunque no se haya inventado nada, pero sí se ha compartido conocimiento.