En una reciente entrada hablábamos del próximo libro de Malcolm Gladwell que estaba basado en este antiguo artículo para The New Yorker. Releido con calma, me ha dejado sorprendido y recomiendo su lectura. Resulta que se puede aprender a saber lo que piensa una persona sólo con fijarse en los gestos que haga con su cara. Vale que son unos 4.000, pero me imagino la ventaja que puede uno tener durante una negociación si conoce que si la persona que tiene enfrente se toca, por ejemplo, la nariz cuando va a responder una pregunta que considero comprometida, querrá decir que puede que esté mintiendo. Y no sólo eso, sino que yo sé que está mintiendo y él no. Esto desde mi punto de vista supone una tremenda ventaja competitiva, y si no que se lo hubieran dicho al fiscal del caso Clinton (tal y como cuenta el artículo).
Y ahí no queda la cosa. Por ejemplo, el éxito de que los personajes de las películas de Pixar, o de la mismísima Shreck, con sus caracteres tan humanos, proviene de haber conseguido identificar cada uno de los gestos que puede realizar una cara para poder implantarlas en un dibujo. Además, todo lo que cuenta el artículo lleva ya en estudio más de 40 años e incluso se puede aprender y perfeccionar con la práctica. Todo un tema interesante y que sin duda va a ser revolucionario.
Ahora sí que será más fácil que se cumpla el dicho de se pilla antes a un mentiroso que a un cojo… y vaya que si va a resultar que es cierto.
Una respuesta a «Conocer lo que piensa el de enfrente»