Todo aquel que haya tenido la paciencia de leerme en estos más de 2 meses, sabrá de mi tendencia a comentar aquellas propuestas que a través de la red, o no, hacen más sencilla, por ejemplo, nuestra experiencia de compra.
Lo normal es salir a buscarlas, pero sucede, que a veces, la gente comete la locura de leerte y adjuntar un comentario a una entrada que escribes sobre las aerolíneas de bajo coste, proponiéndote que vayas ver, gracias Oscar por el comentario, su website, El Buscavuelos (me suena a algo, no Julio?). Y allí que fui a visitarlo.
Su servicio es sencillísimo. Mandas un mensaje desde tu móvil solicitando información sobre un vuelo: ciudad de origen, de destino y la fecha. A continuación, ellos te contestan dándote la información necesaria y el teléfono de reservas o la dirección web para que compres tu billete al destino que deseas y al precio más barato, sin necesidad de tener que utilizar intermediarios. Y todo ello en 3 pasos. Así que daros una vuelta y para los que no tengais miedo a viajar probarlo, imagino que ahora en épocas de vacaciones uno se puede encontrar con alguna que otra sorpresa.
Continuando con el sector aéreo y las aerolíneas de bajo coste, es interesante echarle un vistazo a este informe de The Economist sobre este tipo de aerolíneas, y con más motivo por la comparación que realiza entre cómo están estas empresas en USA y cómo están sus equivalentes en Europa. Las americanas van viento en popa, sacando servicios que mejoran lo que ofrecen las aerolíneas tradicionales, frente a la estrategia de las empresas europeas de dar servicios más baratos. ¿Qué futuro les depara a Ryanair y a Easyjet? El informe lo pinta oscuro.
Además, me encuentro en El País un gráfico en el que se explica como se distribuyen los costes típicos de un billete de avión.
Costes no relativos al aeropuerto:
– Emisión y venta de billetes, 17’2%
– Tripulación, 12’9%
– Costes del avión, 11’5%
– Servicio, 7’1%
– Combustible, 7’1%
– Administración y otros, 5’7%
– Tasas de sobrevuelo, 5’7%
– Mantenimiento, 8’6%
Costes relativos al aeropuerto:
– Handling y operaciones en tierra, 17’1%
– Tasas aeronáuticas, 7’1%
Esto nos vale para entender un poco cómo surgió el fenómeno del bajo coste. Incluso estudiar la revolución que han provocado en su sector les sería de mucha utilidad a las grandes compañías telefónicas, porque el próximo fenómeno del bajo coste les va a atacar a ellos en plena línea de flotación. Tiempo al tiempo.