[Nota: A partir de ahora, y de manera puntual, colaboraré con algunos artículos en el blog que recientemente ha lanzado Domestika, empresa española líder de servicios de diseño web y marketing online para la empresa. El texto que aparece a continuación fue el primero en aparecer en su blog.]
Lo importante es la capacidad que tengamos de conectar con el consumidor, vendría a ser la regla de oro. Sin Internet, el cliente no encontraba la manera de tener el poder, ni sabía qué quería y ni cuándo lo quería. Ahora todo esto ha cambiado. La ventana al mundo que supone para una empresa tener una página web, implica estar en la cabeza de un consumidor que de otra forma ni nos tendría en cuenta. Y el camino no sólo se debe hacer bien, por las conclusiones que pueda sacar el cliente al visitarnos, sino que tiene su justificación, por las nuevas generaciones y por los momentos que nos tocan vivir ahora.
Según el Estudio General de Medios (EGM) más de 11,4 millones de personas en España se conectan a Internet todos los días, lo que supone un 28% de cobertura sobre el total de la población. En targets comerciales (individuos de entre 14 y 35 años), las coberturas que proporciona el medio están por encima del 60%. Es decir, existe una brecha digital entre generaciones, con el agravante que esos jóvenes de hoy serán los consumidores del mañana, conviene no olvidarlo. ¿Y qué pasa con la crisis?
La teoría económica recomienda, que en tiempos de crisis, no se reduzca el presupuesto de marketing. El silencio que esa reducción conlleva, será aprovechado por los competidores, robando en primer lugar, notoriedad, y en segundo lugar, una cuota de mercado que luego siempre cuesta recuperar. El problema viene luego en la práctica, cuando las empresas como primera medida para hacer frente a las dificultades a las que se ven sometidas, optan por reducir costes de comunicación. Es cierto que no se puede vender sin hacer llegar al público el mensaje comercial, los recortes en los presupuestos de marketing vienen motivados por las bajadas en ventas que trae la crisis, pero la duda no es si cuando remita las crisis, las inversiones en marketing se recuperarán, al contrario, ¿por qué esperar y no aprovechar las otras opciones disponibles que existen?
En este sentido conviene estar vivos y comprender que el tener una Web implica en sí mismo hacer una estrategia de comunicación a la que no le afecta el descenso en las ventas. No toda comunicación debe llevar implícito aparecer en televisión, este tipo de publicidad no siempre es buena, en especial por el precio, y más cuando exiten otras fórmulas menos costosas con las que hacerle frente.
Una Web siempre está presente, y bien gestionada permite seguir compitiendo en el mercado. A continuación, se trata de tener un catálogo básico de tus productos en la Red, posicionarse rápidamente y tener un enfoque: que la marca represente algo a los clientes potenciales, siendo la primera imagen que tengan en su mente. Que la perciben, pese a la crisis, por encima de otras opciones. No ha desaparecido y está construyendo marca en Internet, porque tiene una Web a la que nos dirigen los buscadores cuando se consulta su existencia. Las empresas, con sus marcas y productos, y los responsables de marketing y comunicación necesitan adaptarse al nuevo mundo.
La inversión en una web proporciona un beneficio a medio plazo, que en ocasiones, como muchos de los clientes de Domestika pueden testimoniar, proporciona beneficios en el corto plazo. No es cuestión de confianza y ser creyentes, es estar hoy en la mente del consumidor del mañana. Y los datos, crisis mediante, dicen que el consumidor está en Internet buscando la Web de tu empresa.